Los farmacéuticos recordamos que la dexametasona no está recomendada sin causa justificada
Los resultados muestran que la dexametasona fue capaz de reducir en aproximadamente un tercio la mortalidad entre los pacientes que necesitaban ventilación mecánica y en un quinto entre los pacientes que recibían oxígeno; se estima, por tanto, que dexametasona podría evitar la muerte de 1 de cada 8 pacientes con ventilación mecánica y 1 de cada 25 pacientes que requieren oxígeno. No se identificó, sin embargo, ningún beneficio significativo entre aquellos pacientes que no necesitaban asistencia respiratoria.
Al respecto, los farmacéuticos señalan que, pese a que la dexametasona es el primer fármaco capaz de demostrar una reducción significativa de mortalidad en un estudio «amplio y bien diseñado», «solo ha mostrado eficacia en los pacientes más graves: aquellos que requieren asistencia respiratoria (ventilación mecánica o administración de oxígeno)».
«Por ahora, no ha demostrado beneficio clínico en pacientes con síntomas leves de COVID-19 que no requieren asistencia respiratoria, quienes en principio seguirán siendo manejados con los tratamientos sintomáticos habituales. Tampoco se ha demostrado su eficacia en la profilaxis pre-exposición o postexposición al virus SARS-CoV-2», concluyen.
La dexametasona es un glucocorticoide que se ha usado comúnmente desde la década de 1960 en el tratamiento de una amplia gama de afecciones con componente inflamatorio y autoinmune (entre ellos, por ejemplo, la artritis reumatoide, el asma o procesos alérgicos o neoplásicos), por sus propiedades antiinflamatorias, inmunosupresoras y antialérgicas. Está disponible en España en numerosas presentaciones de medicamentos para diversas vías de administración.