Ibuprofeno: qué es, para qué y como debemos tomarlo

Uno de los dolores más comunes para el que lo usamos es la cefalea, que la sufre cerca de la mitad de la población. Además, también es efectivo contra la lumbalgia y otros dolores. En su tratamiento actúa este medicamento, por lo que podemos decir que es uno de los más utilizados y conocidos.

Pero, ¿lo conocemos a fondo? Descubre cada cuánto se puede tomar el ibuprofeno y otras curiosidades.

Para qué usar el ibuprofeno


Este medicamento lo podemos encontrar en varios formatos. Podemos usar el ibuprofeno tanto en forma de comprimidos, como de sobres o jarabe. En cualquiera de ellos, actúa como analgésico, antiinflamatorio y antipirético. Este último efecto aparece en tan solo una hora y alcanza su máximo después de 2 o 4 horas de tomarlo, pudiéndose alargar hasta las 6 u 8 horas.

Se indica, de forma principal, para dos tipos de dolencias. En primer lugar, como tratamiento sintomático de la fiebre y otro tipo de situaciones relacionadas con el dolor y la inflamación. Entre ellas, destacan las migrañas, las cefaleas, la otitis, la faringitis y cualquier otro tipo de dolores musculares, que pueden resultar tan molestos.

Por otra parte, también funciona como tratamiento de lesiones de tejidos blandos. Es decir, en las torceduras o esguinces. Además, también funciona como buen tratamiento de patologías distintas, como la artritis reumatoide juvenil y diversos procesos reumáticos, como la artrosis.

Cada cuánto tiempo tomar el medicamento


Para ser tan utilizado, pocas personas conocen cada cuánto tiempo tomar el ibuprofeno para que sea efectivo y no entrañe ningún riesgo. Las pautas posológicas dependerán de la forma farmacéutica oportuna para cada tipo de paciente. En todo caso, es recomendable consultar la ficha del medicamento de forma específica. Sin embargo, sí cuenta con algunos aspectos generales.

En las personas adultas, la administración oral será de 400 o 600 miligramos cada 6 u 8 horas. No se pueden superar los 2.400 miligramos cada día. En los niños de entre 3 meses y 11 años es recomendable administrar unos 20-30 mg por kg de peso y día que se repartirán en 3 o 4 tomas. No está evaluada su eficacia en niños menores a los 3 meses de edad.

En cuanto a la vía parenteral, solo se recomienda a los adultos, aunque a través de esta no se deben superar los 600 mg cada 6 u 8 horas. En cuanto sea posible, tenemos que pasar a la administración por vía oral del ibuprofeno. Asimismo, debemos tener en cuenta si existen enfermedades del tipo renal o hepáticas, ya que esto nos obligará a usar la menor dosis posible del medicamento y con la mayor precaución.

Mitos sobre el ibuprofeno que debemos desterrar


El ibuprofeno es un medicamento muy común, por eso se ve relacionado con diversos mitos que no tienen por qué ser verdad. Los jóvenes, por ejemplo, afirman que combate la resaca cuando salen de fiesta. Muchas personas toman uno antes de beber para evitar la resaca posterior al alcohol. Sin embargo, esto es completamente falso. De hecho, si lo hacemos así, podemos incluso agravar el malestar, pues el medicamento y el alcohol se matabolizan en el hígado, otorgándole un doble trabajo y aumentando la concentración de alcohol en sangre.

Otro de los mitos relacionados con el ibuprofeno y que es falso es que provoca dependencia. Se relacionan los analgésicos y antiinflamatorios leves con los más complejos, como los opioides, llevan a error. Al primer grupo pertenece el ibuprofeno, por lo que no produce dependencia ni tampoco tolerancia. Eso sí, siempre debemos usarlo como se indica para que no entrañe ningún riesgo.

Por otra parte, debemos dejar claro que no es igual que el paracetamol y no sirve para lo mismo. El paracetamol, por ejemplo, no cuenta con efectos antiinflamatorio. Cuando tenemos dolores menstruales, será más eficaz el ibuprofeno, ya que están asociados con la inflamación de los ovarios. Para tratar los cuadros febriles es más efectivo el paracetamol, aunque los dos puedan combatirlos.

Personas que no deben consumirlo bajo ningún concepto

cuando no tomarHay muchas cosas que debemos tener en cuenta en relación con el ibuprofeno y que pasamos por alto debido a que es un medicamento que nos hemos acostumbrado a utilizar. Existen problemas al tomarlo para las personas que lo mezclan con anticoagulantes orales, incrementándose el riesgo de sufrir infartos y las posibilidades de sangrado.

También hay problemas cuando se combina con otros medicamentos como naproxeno, meloxican, diflofenaco o ketorolac, aumentando el riesgo de ictus isquémico. Por otra parte, hay algunos grupos de población para los que no está indicado el uso de este medicamento. Por ejemplo, para aquellos que sufren problemas cardiovasculares, ya que consumirlo podría favorecer la aparición de ictus o infartos.

Tampoco se recomienda en personas embarazadas que se encuentren durante el primer o segundo trimestre de su embarazo. Las personas con enfermedades en el hígado o los riñones no deben tomarlo, así como aquellos que han sufrido alguna úlcera de forma anterior.

 

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