Desde la soledad de mi despacho

Hoy no recorro 31 Km, recorro otra distancia, lejos de donde estaba antes, lejos de la soledad, de la angustia que a veces vivía. Desde hoy intento avanzar, intentando olvidar pero recordando cosas que me hagan ser algo mejor y saber qué necesito y qué quiero. Quiero estar más cerca, mirar tan cerca que lo borroso se vuelva nítido, casi claro. A veces siento miedo, terror, me llego a paralizar pensando lo que me pueda ocurrir. La situación ahora es diferente, nueva, casi da vértigo, da vértigo. Sé que cuando deje de tener miedo, empezaré a disfrutar, hoy aún no, o si, o no.

Y sé que de repente pasará, algo se accionará, y en ese momento sabré que las cosas van a cambiar y cambiarán. Y a partir de ahí nada volverá a ser lo mismo… nunca. Es como tantas veces que han pasado cosas en mi vida, ya no habrá vuelta atrás, lo sientes, y justo entonces intentas recordar en qué momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas… mucho antes… y es ahí justo en ese momento cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo, sentirás cosas nuevas, sensaciones nuevas, olores distintos que no recuerdan a nada. Ya nunca tendrás antiguas sensaciones, la sensación de estar volando sobre el mar de estar sobre las aguas.

Ahora continuamos, no ocurre por primera vez, continúo con la persona que siempre quise estar y tú y yo sabemos que esto empezó mucho antes de lo que pensábamos. Ahora, pensando, desde la soledad de mi despacho, analizo lo que ha pasado, lo que nos espera de bueno y lo que caminaremos, y de algo estoy seguro, nadie podrá quererte como te quiero yo, nadie podrá adorarte de este modo, nadie sabrá advertir hasta el menor de tus dulces movimientos, de esos gestos imperceptibles de tu cara. Es como si sólo a mí se me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero sabor de tus besos, el color real de tus ojos. Nadie ha podido ni podrá ver nunca lo que yo veo.

Desde la soledad de mi despacho, pienso y siento que siempre hay un momento en que el camino se bifurca, cada uno toma una dirección pensando que al final los caminos se volverán a unir. Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. No pasa nada, estamos hechos el uno para el otro, al final estará ella, estarás ahí y sé que al final nunca llegará el invierno.

 

Gracias L

 

Compártelo con tus amigos:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies