Apendicitis

El apéndice se encuentra situado cerca del punto donde se unen el intestino delgado y el colon y, en ocasiones, puede llegar a infectarse. La sociedad española ya se encuentra familiarizada con esta enfermedad: no es una afección común pero requiere de un tratamiento quirúrgico denominado apendicetomía para la extirpación del apéndice. Por lo general, la intervención va seguida de un periodo breve de recuperación.

La apendicitis viene causada por una inflamación del apéndice.

Causas

El apéndice produce constantemente mucosidad que se mezcla con las heces. El problema que se plantea es que es el único órgano del tracto intestinal que no tiene salida, por lo que cualquier obstrucción en el drenaje de la mucosidad hace que ésta se acumule y, por tanto, se produzca una dilatación en el apéndice.

A medida que se va ampliando el tamaño del apéndice, se va produciendo la compresión de los vasos sanguíneos y la necrosis de sus paredes. Este proceso puede evolucionar hasta que se produce la rotura del apéndice.

Las causas de esta obstrucción pueden ser:

  • Aumento de los tejidos linfáticos por infección viral o bacteriana.
  • Obstrucción por otras circunstancias más complejas: tumores o lombrices intestinales.

Síntomas

Los síntomas de esta enfermedad pueden ser muy variados aunque difíciles de detectar en niños pequeños o mujeres en edad fértil.

El primer síntoma y más notable es el dolor abdominal. Este dolor comienza siendo vago para pasar progresivamente a agudo y grave. Normalmente, a medida que va aumentando la inflamación del apéndice, el dolor tiende a desplazarse hacia la parte inferior derecha del abdomen a un lugar concreto del apéndice denominado punto de McBurney.

Este dolor abdominal tiende a empeorar al realizar actividades como caminar o toser por lo que el paciente deberá intentar estar en reposo para evitar así los repentinos brotes de dolor.

En cuanto a los síntomas tardíos, estos pueden ser:

  • Escalofríos.
  • Vómitos.
  • Temblores.
  • Estreñimiento o diarrea.
  • Náuseas.
  • Falta de apetito.
  • Fiebre.

Prevención

Los pasos principales para prevenir la apendicitis se basan en:

  • Llevar una dieta rica en fibra, que facilitan un mayor movimiento en el proceso digestivo. Entre los alimentos recomendables se encuentran la mayoría de las frutas y verduras y, sobre todo, los cereales integrales.
  • Durante el proceso de tratamiento y, sobre todo en las fases iniciales, es importante la ingesta de antibióticos que prevengan la proliferación de microorganismos en el aparato digestivo que sean responsables de infecciones y de esta manera evitar que la enfermedad se agrave.
  • Evitar el estrés y mantener un descanso adecuado.

Tipos

Dentro de la patología, el paciente puede pasar por los siguientes estadios:

  • Apendicitis catarral: Cuando ocurre la obstrucción de la luz apendicular se acumula la secreción mucosa y agudamente distiende el apéndice. El aumento de la presión intraluminal produce una obstrucción venosa, el acúmulo de bacterias y la reacción del tejido linfoide.
  • Apendicitis flemonosa: La mucosa comienza a presentar pequeñas ulceraciones o es completamente destruida siendo invadida por enterobacterias.
  • Apendicitis necrótica: Cuando el proceso  flemonoso se vuelve intenso y se produce una distensión del tejido.
  • Apendicitis perforada: En este caso, las perforaciones pequeñas pasan a ser grandes.

Diagnóstico

El diagnóstico se basa en la clínica: en los síntomas y los signos que describe el paciente. El dolor abdominal es el más característico pero también existen otros síntomas que dan pistas sobre una posible apendicitis: náuseas o vómitos que acompañan al cuadro de apendicitis aguda en más de la mitad de los casos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos cuadros también se observan en otras enfermedades como la pancreatitis.

El cambio del hábito intestinal que puede causar, por ejemplo, la diarrea no es un elemento clínico a favor o en contra del diagnóstico de apendicitis aguda.

Tratamientos

En primer lugar, si el caso resulta complicado o se han agravado los síntomas, el especialista procederá a la extirpación del apéndice, poco tiempo después de haberse detectado la enfermedad.

En el caso de que una tomografía computarizada muestre la presencia de un absceso (acumulación de pus en cualquier parte del cuerpo que, en la mayoría de los casos, causa hinchazón e inflamación a su alrededor), se puede tratar en primera instancia con antibióticos. Esto puede estar causado porque el paciente ha tardado en ir al especialista. En este caso se esperará a que se produzca la desinfección y la reducción de la inflamación, y se procederá a la extirpación del apéndice para evitar repeticiones del problema en el futuro.

La vía laparoscópica es preferible en personas obesas y longevos y cuando el diagnóstico aún no es un cien por cien confirmado a la hora de realizar una cirugía.

 

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