Celiaquía

 

 

 

 

 

Qué es

La enfermedad celíaca es una afección causada por el daño al revestimiento del intestino delgado. Este daño proviene de una reacción a la ingestión de gluten. Esta es una sustancia que se encuentra en el trigo, la cebada, el centeno y posiblemente la avena. Y también en alimentos elaborados con estos ingredientes.

El intestino dañado puede absorber los nutrientes de los alimentos.

Causas

Se desconoce la causa exacta de la enfermedad celíaca. El revestimiento de los intestinos tiene pequeñas proyecciones que contienen zonas llamadas vellosidades, que se proyectan al exterior en la abertura del intestino. Estas estructuras ayudan a absorber los nutrientes.

Cuando las personas con enfermedad celíaca consumen alimentos con gluten, su sistema inmunitario reacciona causando daño a las vellosidades intestinales. Debido a ese daño, las vellosidades son incapaces de absorber el hierro, las vitaminas y los nutrientes en forma apropiada. En consecuencia, pueden presentarse una serie de síntomas y problemas de salud.

La enfermedad se puede manifestar en cualquier momento de la vida desde la lactancia hasta la adultez avanzada.

Las personas con familiares que padecen celiaquía están en mayor riesgo de presentar la enfermedad. Este trastorno es más común en las personas de origen europeo. Asimismo, las mujeres resultan afectadas con mayor frecuencia que los hombres.

Síntomas

La celiaquía puede tener síntomas muy diferentes. Sin embargo, los más comunes son la pérdida de apetito y, por tanto, de peso, fatiga, vómitos, diarrea, distensión abdominal, retraso del crecimiento, pérdida de masa muscular, anemia o alteraciones del estado de ánimo que pueden llevar a que en distintos momentos el celiaco está apático, irascible, triste o entre en periodos de introversión.

La evolución de los síntomas está supeditada a un factor: la edad.

Durante la infancia los síntomas más comunes suelen ser:

  • Pelo frágil.
  • Vómitos.
  • Hipotrofia muscular en muslos, nalgas y brazos.
  • Diarreas.
  • Anorexia.
  • Distensión abdominal.
  • Astenia.
  • Irritabilidad.
  • Introversión.
  • Retraso en el crecimiento.
  • Leucopenia

En la adolescencia muchos de estos síntomas evolucionan. Los celiacos adolescentes pueden tener:

  • Hepatitis.
  • Cefaleas.
  • Anemia ferropénica.
  • Estreñimiento.
  • Diarrea.
  • Dermatitis atópica.
  • Estomatitis aftosa.
  • Retraso puberal
  • Dolor abdominal.
  • Artritis crónica juvenil.
  • Menarquía tardía.

Por último, en la edad adulta se recuperan algunos de los síntomas que pueden aparecer en la infancia:

  • Estreñimiento.
  • Diarrea.
  • Astenia.
  • Irritabilidad.
  • Inapetencia.
  • Apatía.
  • Depresión.
  • Cáncer digestivo.
  • Hipertransaninemia.
  • Osteoporosis.
  • Anemia ferropénica.
  • Menopausia precoz.
  • Aborto.
  • Infertilidad.
  • Pérdida de peso.
  • Colon irritable.

Prevención

La prevención de la expresión clínica hoy por hoy pasa por la no exposición al gluten.

Tipos

La enfermedad celiaca tiene distintas formas de presentación clínica:

Enfermedad celiaca clásica

La forma clásica de la enfermedad se caracteriza por síntomas graves de malabsorción (diarrea, esteatorrea, déficit de vitaminas liposolubles, hierro, calcio y ácido fólico), cambios de carácter, falta de apetito, retraso del crecimiento), títulos positivos de anticuerpos séricos y atrofia grave de las vellosidades en las biopsias del intestino delgado. Esta forma constituye la presentación característica de los niños entre 9 y 24 meses, que además, de las manifestaciones expuestas pueden asociar náuseas, vómitos, distensión y dolor abdominal recurrente, pérdida de masa muscular (nalgas y piernas) y de peso, que le confieren una apariencia de laxitud, con abdomen prominente y nalgas aplanadas.

El carácter del niño cambia hacia la irritabilidad, apatía, introversión y incluso la depresión. Después de los tres años son frecuentes las deposiciones blandas, talla baja, anemias ferropénicas resistentes a tratamiento y alteraciones del carácter. Cuando la enfermedad evoluciona sin tratamiento, particularmente en los niños entre el año y los dos años, pueden aparecer formas graves (crisis celíaca), con presencia de hemorragias cutáneas o digestivas graves (por defectos de síntesis de vitamina K y otros factores de coagulación vitamina-K dependientes), tetania hipocalcémica y edemas por hipoalbuminemia. A partir de la adolescencia y en los adultos la clínica de la EC es más larvada y los síntomas digestivos están ausentes o bien ocupan un segundo plano. La clínica más característica a esta edad es el dolor abdominal, generalmente de tipo cólico y recurrente, acompañado de hinchazón abdominal fluctuante, dispepsia o malas digestiones, síntomas de reflujo gastroesofágico (como pirosis y regurgitación) y alteración del hábito intestinal, frecuentemente hacia estreñimiento.

La enfermedad ha sido ilustrativamente definida como un trastorno camaleónico, que supone que habitualmente pueda presentarse como una inexplicable deficiencia de hierro, lesiones predominantemente cutáneas (dermatitis herpetiforme), alteraciones óseas (osteopenia y osteoporosis), neurológicas (ataxia cerebelosa, polineuropatías, esclerosis múltiple, epilepsia, migrañas, etc)  o un aumento de transaminasas séricas, estando a menudo ausentes los trastornos digestivos. «Creo que es importante relacionar en la sospecha diagnóstica, los síntomas derivados los déficits de micronutrientes asociados como vitaminas liposolubles (A, D, E y K), B6, B12, ácido fólico, cobre, zinc, además del hierro comentado anteriormente. Sin embargo, tanto en el niño como en el adulto, los síntomas pueden ser atípicos o estar ausentes, dificultando el diagnóstico», apostilla Álvarez.

Enfermedad celicaca pauci o monosintomática

Actualmente es la forma más frecuente de enfermedad celiaca tanto de la edad adulta, como de la pediátrica, y puede cur­sar con síntomas intestinales y/o extraintestinales. El espectro histológico es variable, desde enteritis linfocítica a la atrofia total y el porcentaje de posi­tividad de autoanticuerpos séricos es variable (15 al cien por cien) y dependiente de la gravedad histológica.

Enfermedad celiaca silente

No hay manifestaciones clínicas, pero sí lesiones histológicas características (incluso atrofia de vellosidades). Estos casos suelen descubrirse bien por una determinación de marcadores séricos indicada por sospecha clínica o bien por pertenecer a alguno de los grupos de riesgo.

Enfermedad celiaca latente

Se caracteriza por la existencia de una mucosa duodenoyeyunal normal en individuos que toman gluten en la dieta en el momento de ser evaluados, con o sin anticuerpos positivos, pero que en algún momento de su vida han presentado o van a presentar características típicas de la celiaquía.

Enfermedad celiaca potencial

Se refiere a aquellos pacientes que no han presentado alteraciones histológicas características de la enfermedad pero dadas las características inmunológicas y genéticas tienen riesgo de desarrollarla.

Enfermedad celiaca refractaria

Se refiere a los pacientes que después de retirar el gluten de la dieta siguen presentando síntomas hasta seis meses después.

Tratamientos

El único tratamiento que hay para la celiaquía consiste en el seguimiento de una dieta estricta sin gluten durante toda la vida. Esto conlleva la normalización clínica y funcional, así como la reparación de la lesión vellositaria.

La dieta sin gluten se basa en dos premisas fundamentales: eliminar todo producto que tenga como ingredientes trigo, espelta, cebada, centeno y avena, y excluir cualquier producto derivado de estos cereales (almidón, harina, sémola, pan, pasta, bollería y repostería).

El celiaco debe basar su dieta en alimentos naturales como legumbres, carnes, pescados, huevos, frutas, verduras, hortalizas y cereales sin gluten (arroz y maíz). Además, incide en que deben evitarse, en la medida de lo posible, los alimentos elaborados y/o envasados, ya que en estos es más difícil garantizar la ausencia de gluten.

En el caso de los pacientes con anemia, la especialista expone que deberán recibir preparados de hierro, folato y vitamina B12 según las necesidades, a pesar de que los diferentes estudios muestran que una dieta sin gluten por sí sola es capaz de revertir la anemia entre un 78 y un 94 por ciento de los pacientes.

En el momento actual, el único tratamiento disponible para la enfermedad celiaca sigue siendo la dieta sin gluten. Sin embargo, el conocimiento del mecanismo molecular ha llevado al estudio y ensayo de varios fármacos y a cuatro líneas de acción abiertas de investigación.

 

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