Detoxificación

BOLDO

Descripición

(Peumus boldus Molina, familia Monimiaceae)
El boldo es una especie medicinal, originaria de Chile. Es un árbol pequeño, con hojas perennes, de color verde grisáceo y pecíolo corto, enteras, opuestas, ovaladas, con textura coriácea, duras y quebradizas. Presentan los bordes del limbo ligeramente enrollados hacia la cara inferior y la cara superior cubierta de prominencias que le confieren un aspecto granuloso, rugoso al tacto.
El envés de la hoja es liso, con las nerviaciones prominentes. El boldo es una especie dioica; sus flores masculinas tienen un perianto amarillo pálido y las femeninas poseen un pistilo con numerosos carpelos uniovulados. El fruto es una drupa. Tiene un olor aromático fuerte. La droga está constituida por la hoja desecada, entera o fragmentada. Se utiliza también la corteza para la extracción del principio activo.

Composición química

La droga desecada contiene principalmente aceite esencial (de 10 a 30 ml/kg), flavonoides y alcaloides. El aceite esencial está constituido por hidrocarburos monoterpénicos (limoneno, α-pineno, β-pineno y p-cimeno) y monoterpenos oxigenados (ascaridol, alcanfor, cineol y linalol); se han identificado hasta 46 componentes en el aceite esencial, 22 de los cuales fueron descritos por primera vez en P. boldus.
Los principios activos más destacados son alcaloides isoquinoleínicos, derivados de la aporfina y la noraporfina; se han aislado más de 20, de los cuales el mayoritario es la boldina que representa, aproximadamente, una tercera parte de los alcaloides totales; contiene además glaucina (forma O-dimetilada de boldina), isoboldina, isocoridina, laurolitsina, laurotetanina y su derivado N-metilado, etc. La droga contiene también (+)-reticulina, precursor de estos compuestos tetracíclicos. La planta posee, además, taninos y resina.

Actividad farmacológica

Según diversas farmacopeas y tratados de plantas medicinales, los extractos obtenidos a partir de hoja de boldo se han usado para el tratamiento de muy diversas afecciones, como dolor de cabeza, reumatismo, dispepsia, alteraciones nerviosas, dolores menstruales, inflamaciones de las vías urinarias e, incluso, como sedante e hipnótico suave. No obstante, las propiedades atribuidas tradicionalmente a la hoja de boldo son coleréticas, diuréticas, estomáquicas y colagogas.
En la actualidad, las hojas de boldo se utilizan como hepatoprotectoras (efectos causados por la boldina) y como colerético-colagogas (sinergia entre alcaloides, flavonoides y aceite esencial).

Posología

Se administran diversas formas farmacéuticas orales. La dosis recomendada para adultos, según la EMA, es 2-5 g/día de la droga en infusión o 1-2 g/2-3 veces/día; extracto seco (acuoso, 5:1) hasta 400 mg/2 veces al día.
La droga no debe utilizarse de forma continua durante más de 4 semanas. Está contraindicada en situaciones de obstrucción biliar.

Efectos secundarios

A las dosis recomendadas en terapéutica, se considera que la hoja de boldo carece de efectos tóxicos. Las dosis necesarias para provocar toxicidad, letalidad o efectos secundarios en animales son relativamente altas. La dosis letal media (DL50) de boldina en ratón y cobaya es, respectivamente, de 500 y 1.000 mg/kg, tras administración oral. La administración a ratas de extracto hidroalcohólico a dosis de 3 g/kg no puso de manifiesto efectos tóxicos.
Dosis muy elevadas del extracto etanólico (800 mg/kg/día), administradas a animales de experimentación en los primeros días de gestación, dieron como resultado abortos y efectos teratógenos, por lo que no debe ser usado en el embarazo ni en la lactancia sin control médico. El aceite esencial, como ocurre con otros muchos, a dosis elevadas es tóxico, y la DL50 se ha establecido en 0,13 g/kg en la rata, y provoca convulsiones con dosis de 0,07 g/kg.
Dosis excesivas de boldo pueden causar irritación renal debido al aceite esencial; asimismo, el ascaridol, uno de los principales constituyentes del aceite esencial, es tóxico y su uso no está recomendado.
Puesto que no existen datos suficientes, no se recomienda su uso en niños o adolescentes menores de 18 años.
Su uso está contraindicado en la obstrucción de vías biliares.


ALCACHOFA

Descripción

La alcachofa, Cynara cardunculus var. scolymus, es una planta común en la gastronomía de muchos países y también conocida por sus diversos efectos medicinales. La planta puede crecer de 1.5 hasta 2 metros. La alcachofa se encuentra emparentada al cardo común y guarda una gran semejanza con éste.

Se trata de una planta común en la horticultura, en donde se cultiva de forma anual. El aspecto de la planta se caracteriza por hojas grandes y divididas en segmentos de gran tamaño. La planta posee espinas aunque no en tanta abundancia como el cardo.

Las hojas de la alcachofa tienen un color verde claro y en su parte inferior poseen una textura fina y un color blancuzco provocado por pequeñas hebras.

El tallo por su parte es de un color rojizo del cual casi no se desprenden hojas, en la parte superior del tallo se desprenden las alcachofas mismas las cuales se encuentran cubiertas de brácteas, las capas verdes de consistencia dura que cubren a las flores.

Su cultivo es común alrededor de toda España y en otros países de clima templado. La alcachofa florea en verano y hacia finales de agosto es posible recolectar su fruto. Para usos medicinales también se puede recolectar las hojas (las cuales no se consumen debido a su sabor amargo y fuerte).

Planta perenne mediterránea cuya parte activa es la hoja, que contiene ácidos fenólicos, flavonoides y lactonas. La principal sustancia activa es la cinarina.

Indicaciones y propiedades

La alcachofa es rica en fibra dietéticas y baja en carbohidratos. Al acompañar nuestros alimentos con esta legumbre sentiremos que nos hemos llenado antes. Esto es ideal cuando se intenta bajar de peso.

Se recomienda su consumo en personas con anemia. La alcachofa es rica en hierro y tiene efectos procoagulantes, que ayudarán a prevenir sangrados. Una porción de 100 gramos de alcachofas contiene alrededor del 7% del hierro necesario para el consumo diario. En comparación, las espinacas que son uno de los alimentos más ricos en hierro, contiene un 15% por cada 100 gramos.

Los pacientes con diabetes pueden disfrutar de dietas con alcachofas debido a su contenido rico en inulina, que sustituye la fécula de otras plantas de consumo común. También es benéfica por su efecto hipoglucemiante, que ayuda a disminuir la cantidad de azúcar circulante en la sangre.

Tradicionalmente se ha utilizado en los procesos que intervienen en la digestión, acción eupéptica, colerética (incrementa producción de bilis), colagogo (promueve la expulsión de bilis), antiemética (evita vómitos) y aperitiva. Su acción protectora hepática se combina con su capacidad antioxidante.

  • Dispepsias digestivas
  • Colesterol

CARDO MARIANO

Descripción

El cardo María, también denominado cardo mariano, cardo lechal o cardo borriquero, es la planta cuyos frutos, desprovistos del vilano, se han estado utilizando habitualmente, desde la Antigüedad, para prevenir y tratar alteraciones leves y moderadas de la función hepática.
Se trata de una especie herbácea, de 35 a 125 cm de altura, con hojas alternas largas de color verde brillante con nerviaciones de color blanquecino y espinas marginales. De origen mediterráneo, crece espontánea en zonas baldías. Sus frutos —la parte de la planta que se utiliza en terapéutica— son aquenios muy oscuros, pequeños y rugosos, provistos de un vilano largo de color blanquecino.

Composición química

Además de contener glúcidos, lípidos (ácidos linoleico, oleico y palmítico), proteínas (25-30%) y esteroles (campesterol, sitosterol y estigmasterol), posee como principios activos (1,5-3%) una serie de compuestos integrados en el grupo de los flavonoides aunque de estructura química algo especial, por lo que se denominan flavanolignanos. Están formados por unión de taxifolina (5,7,3’,4’-tetrahidroxiflavanonol) o un derivado de ésta, con el alcohol coniferílico.
Los frutos del cardo mariano contienen también flavonoides sencillos, como la propia taxifolina, el quercetol, la apigenina,

Actividad farmacológica

Se ha utilizado tradicionalmente en afecciones hepáticas y de la vesícula biliar. También se ha empleado en la amenorrea y las hemorragias uterinas, diabetes, estreñimiento y tratamiento de varices.
Existen numerosos ensayos farmacológicos relacionados con su actividad sobre la función hepática y la mayoría de ellos se ha realizado con silimarina o su principal constituyente, silibina. La silimarina presenta actividad antihepatotóxica, demostrada en experimentación animal y en cultivos de hepatocitos, frente a la intoxicación y el daño oxidativo producido por diversos tóxicos, como tetracloruro de carbono, etanol, metales pesados, fármacos (paracetamol y amitriptilina), etc., o bien por toxinas de origen natural [Amanita phalloides (Vaill. f.) Link, aflatoxinas] y por infección vírica. La silimarina interrumpe la recirculación enterohepática de amanitinas, su fijación a las membranas hepáticas y el transporte de las toxinas al interior del hepatocito. Parece que actúa como estabilizador de membranas en el hígado e impide la penetración de los agentes tóxicos o de los virus.

Se ha comprobado, además, que la silibina inhibe el virus de la hepatitis C, pues actúa en los estadios iniciales de la infección sobre la transferencia endosomial de viriones.
Su carácter polifenólico les hace comportarse como potentes agentes antioxidantes y captadores de radicales libres, por lo que previenen la peroxidación lipídica en el hígado y las consecuencias del estrés oxidativo en otros tejidos como, por ejemplo, el neuronal, como ha quedado demostrado mediante ensayos en el tejido cerebral de rata.

Indicaciones

El cardo mariano está indicado en la prevención y el tratamiento de afecciones hepáticas, como hepatitis tóxica, cirrosis hepática (principalmente asociada con alcoholismo), hepatitis vírica, etc., y en alteraciones digestivas, especialmente en afecciones de la vesícula biliar. Tanto la Comisión E alemana como el ESCOP
aprueban su uso en el tratamiento de la inflamación hepática crónica y en la cirrosis.

Posología

Por vía oral se recomienda una dosis de 12-15 g de droga pulverizada por día u otras preparaciones galénicas (extractos) equivalentes a una dosis de 200-400 mg de silimarina calculada como silibina. No es conveniente su empleo en forma de infusión, pues la silimarina es poco soluble en agua.

Efectos secundarios

Se considera una droga prácticamente carente de toxicidad aunque en algún caso se ha observado un ligero efecto laxante y algunas reacciones alérgicas de escasa importancia. No se han descrito contraindicaciones, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que no se administre a mujeres durante el embarazo o la lactancia y a niños sin supervisión médica.
En algunos ensayos farmacológicos realizados in vitro se ha detectado una posible interacción con fármacos que se metabolizan a través del citocromo P450, pues la silibina inhibe las actividades de las isoenzimas CYP2D6, CYP2E1 y CYP3A4; sin embargo, este tipo de interacciones se han descartado en seres humanos mediante la realización de ensayos farmacocinéticos ya que las dosis administradas son muy inferiores a las necesarias para originar la inactivación enzimática.

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