Qué es
La gota es una enfermedad producida por la acumulación de cristales microscópicos de ácido úrico en las articulaciones que provocan artritis.
En ocasiones, estos cristales forman acúmulos abultados (tofos) bajo la piel que se pueden palpar o se depositan en la vía urinaria, siendo causa de cólicos nefríticos u otras alteraciones en el funcionamiento de estos órganos. De hecho, casi el 20 por ciento de los pacientes afectados por la gota desarrollan cálculos renales.
Por sexos, la gota es 4 veces más común en hombres, especialmente entre varones de mediana edad, aunque también se manifiesta en mujeres después de la menopausia.
Causas
Los motivos por los cuales se desarrolla esta enfermedad pueden ser:
- Aumentos de ácido úrico en la sangre.
- Obesidad.
- Hipertensión arterial.
- Ingesta desmesurada de alimentos precursores del ácido úrico: mariscos, por ejemplo.
- Abuso del alcohol.
- En menor medida, cansancio y estrés emocional.
La constante destrucción y formación de células, así como la ingesta de ciertos alimentos producen una determinada cantidad de ácido úrico en sangre que el organismo elimina gracias a la función excretora de los riñones. Cuando esto no sucede, el nivel de ácido úrico aumenta anormalmente, lo que se traduce en forma de cristales que se depositan en las articulaciones, dando lugar a episodios de dolor agudo.
Síntomas
Entre los signos de la gota aguda se encuentran:
- Inicialmente, solo una o algunas articulaciones se ven afectadas. Éstas suelen ser, con mayor frecuencia, las del dedo gordo del pie, la rodilla o el tobillo.
- Este ataque de gota puede desaparecer en el plazo de unos días pero puede volver de vez en cuando.
- En términos generales, el dolor suele producirse por la noche y se caracteriza por ser opresivo e incluso insoportable.
- La articulación afectada se presenta caliente y enrojecida (inflamada) y, por lo general, suele estar sensible e hinchada.
- Puede producirse fiebre.
Después del primer ataque de gota, suelen desaparecer también los síntomas, pero muchas personas que sufren esta enfermedad es posible que tengan otro ataque en los 6 o 12 meses posteriores.
Por otro lado, algunas personas pueden desarrollar gota crónica, que se denomina artritis gotosa. En cuanto a sus síntomas, están el daño articular y pérdida de movilidad en estas articulaciones y serán más prolongados en el tiempo que los síntomas de la gota aguda.
Por último, se pueden desarrollar tofos (protuberancias debajo de la piel alrededor de las articulaciones o en lugares como los codos, las puntas de los dedos o las orejas) que, a veces, supuran sustancias blanquecinas, pero sólo en aquellos pacientes que hayan tenido la enfermedad durante muchos años.
Prevención
Es posible que la enfermedad no se pueda prevenir, aunque sí se pueden evitar los factores que desencadenan los síntomas.
Tomar medicinas para reducir el ácido úrico puede prevenir la evolución de esta enfermedad. Es recomendable beber mucho líquido (evitando las bebidas alcohólicas) y llevar una dieta rica en cereales, féculas y verduras frente a las purinas que pueden encontrarse en el marisco, la carne roja y el pescado azul. Una dosis baja y diaria de colchicina puede prevenir los ataques o, al menos, reducir su frecuencia.
En el caso de personas con niveles muy elevados de ácido úrico en sangre, el alopurinol (un inhibidor de la producción de ácido úrico) puede ser la solución, aunque también puede causar molestias de estómago y lesiones del hígado.
Los tofos, si los hubiera, suelen reducirse a medida que disminuye el valor de ácido úrico en sangre pero puede ser necesario extirparlos quirúrgicamente en el caso de que sean excesivamente grandes.
Tipos
La clasificación de esta enfermedad se resume en tres tipos:
- Aguda: Afección dolorosa que normalmente afecta a una única articulación.
- Crónica: Cuando los episodios de dolor son repetitivos y causan inflamación. En este caso se suele ver afectada más de una articulación.
- Pseudogota: Enfermedad por depósito de cristales de pirofosfato de calcio dihidratado. Es un trastorno caracterizado por ataques intermitentes de dolor y artritis, causados por la acumulación de dichos cristales.
Diagnóstico
Para diagnosticar la enfermedad, el especialista preguntará por los síntomas y si el paciente tiene antecedentes familiares de gota.
Además, deberán realizarse pruebas para determinar las concentraciones de ácido úrico en sangre, si el líquido de las articulaciones contiene cristales de ese ácido (el especialista tomará una muestra de líquido de una articulación inflamada) y se llevará a cabo un control exhaustivo de los pacientes que presenten episodios de artritis de forma discontinua.
Tratamientos
Lo más urgente es el alivio del dolor, para lo que la Medicina dispone de antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno, la indometacina o, más frecuentemente, la colchicina. Puede ser conveniente asimismo inmovilizar la articulación.
Los corticosterioides también pueden ser eficaces en el alivio del dolor y éste, generalmente, desaparece al cabo de 12 horas de comenzar el tratamiento. En la mayoría de los casos el dolor desaparece al cabo de las 48 horas.