Ipecacuanas
Descripción
Cephaelis ipecacuanha (Brot.) Rich. o Carapichea ipecacuanha (Brot.) L. Andersson, y C. acuminata Karst., familia Rubiaceae
La ipecacuana o simplemente ipeca es una droga procedente de especies botánicas de la flora de Centroamérica y Sudamérica. Con el nombre de ipecacuana se designa a distintas plantas que tienen en común que sus raíces se emplean como eméticas, pero que pertenecen a distintos géneros e, incluso, a diferentes familias botánicas. Las especies oficinales son de la familia Rubiaceae, género Cephaelis, y se definen así en la RFE: la raíz de ipecacuana consiste en los órganos subterráneos fragmentados y desecados de Cephaelis ipecacuanha (Brot.) Rich., conocida como ipecacuana de Matto Grosso, o de Cephaelis acuminata Karst., conocida como ipecacuana de Costa Rica, o de una mezcla de ambas especies.
C. ipecacuanha y C. acuminata
son subarbustos de pequeño tamaño que se conocen también como ipecacuana anillada menor y mayor, respectivamente, en referencia a su morfología ya que son raíces tortuosas, generalmente sin ramificar, que presentan una serie de abultamientos circulares a modo de anillos que las rodean por completo, separados por estrechamientos. En la menor, el diámetro es de unos 6 mm y los engrosamientos anulares están muy próximos; en la mayor, el diámetro es superior (unos 9 mm) y los engrosamientos son mayores y están más separados.
Composición química
La droga contiene alcaloides como principios activos, principalmente en la zona cortical de los órganos subterráneos. Concretamente se trata de alcaloides bisisoquinoleínicos y los mayoritarios son la emetina y la cefelina. Se encuentran también otros, como la psicotrina y la metilpsicotrina. La emetina se encuentra en mayor proporción (60-75% de los alcaloides totales en ipecacuana de Matto Grosso o de Río y 30-50% en la de Costa Rica o Cartagena). Además contienen almidón, heterósidos isoquinoleinmonoterpénicos (ipecósido) y una glucoproteína alergizante.
Actividad farmacológica
Tradicionalmente, se conoce su empleo desde el siglo xvi, la ipecacuana se ha utilizado como emético, actividad que se debe, sobre todo, a la cefelina, que es aproximadamente dos veces más potente que la emetina. Estos compuestos actúan, por una parte, directamente sobre las terminaciones sensoriales de la mucosa gástrica (glosofaríngeo y vago) y, por la otra, en los centros bulbares del cerebro implicados en el vómito. Aunque el mecanismo de acción detallado no se conoce bien, ensayos llevados a cabo utilizando hurones, animales idóneos para estos estudios, sugieren que el receptor 5-HT3 desempeña un importante papel en la acción emética de la ipecacuana, la cefelina y la emetina aunque también podría estar implicado el receptor 5-HT4.
Al igual que todas las drogas eméticas, dependiendo de la dosis, su efecto es también expectorante (emetina). La ipecacuana presenta, además, actividad amebicida y actúa sobre las formas tisulares de Entamoeba histolytica, efecto debido principalmente a la emetina. Sin embargo, este alcaloide es bastante tóxico, principalmente en el ámbito gastrointestinal y cardiovascular, y produce debilidad neuromuscular, por lo que actualmente no se emplea en terapéutica.
Indicaciones
Aunque el jarabe de ipecacuana años atrás se utilizó sin restricciones tanto en el ámbito doméstico como en el hospitalario, considerándose incluso de no prescripción, al revisar la literatura científica se comprueba que los centros de toxicología tanto europeos como americanos sólo en muy contadas ocasiones recomiendan el empleo de jarabe de ipecacuana como antiemético.
La Asociación Americana de Pediatría (2003) así lo hizo constar y recomienda que no se use habitualmente de forma doméstica como estrategia de tratamiento en intoxicaciones ya que no está clara su actividad y, sobre todo, la relación riesgo/beneficio. La ipecacuana provoca el vómito en un porcentaje muy elevado de personas, por lo que disminuye la absorción gastrointestinal de las sustancias ingeridas de manera dependiente del tiempo, pero las consecuencias del jarabe de ipecacuana en los pacientes afectados no se ha estudiado bien en ensayos clínicos adecuados. Sólo se ha documentado su interés para evitar la absorción de determinadas sustancias (limitadas) y en un tiempo corto tras la ingestión del tóxico.
Efectos secundarios
Las contraindicaciones, los efectos adversos y los problemas relacionados con su uso son importantes, pero además el hecho de utilizar ipecacuana puede retrasar la administración o reducir la eficacia de otros productos que pueden ser más convenientes, como el carbón activado u otros antídotos orales. Por todo ello debe valorarse el beneficio y el riesgo de su empleo y administrarlo sólo si existe riesgo de toxicidad grave para el paciente y no hay otra alternativa terapéutica disponible o eficaz para disminuir la absorción gastrointestinal. Una revisión del uso de la ipecacuana en los servicios de urgencias hospitalarias en Estados Unidos (NHAMCS-ED, National Ambulatory Medical Care Survey) y que abarcó desde el año 1992 hasta el año 2002, mostró una disminución muy marcada del empleo de ipecacuana, de acuerdo con los estudios más recientes y las directrices prácticas para el uso de ipecacuana en las urgencias. La Academia de Pediatría y laAsociación Americana de Centros de Control Toxicológico indican un empleo muy limitado de la ipecacuana fuera del ámbito hospitalario.
Posología
En adultos y niños mayores de 12 años se recomienda administrar una dosis de 30 ml de jarabe seguido de unos 250 ml de agua o líquido; en niños menores de 12 años, la dosis será de 15 ml, y en niños de 6 a 12 meses, entre 5 y 10 ml, seguido de unos 15 ml de agua por kilo de peso corporal. Si es preciso, se puede repetir la dosis unos 20-30 min después; si no se produce el vómito, debe procederse a un lavado gástrico.
La ipecacuana se administra bajo la forma farmacéutica de jarabe, sola o asociada con otros fármacos, como emético en intoxicaciones recientes (no debe pasar más de 1 hora de la ingestión del tóxico) y, como se indicó en la introducción, si el paciente no está inconsciente o en estado de coma, y si la intoxicación no se debe a corrosivos o hidrocarburos volátiles.
Seguridad
No debe emplearse de forma doméstica, sólo con control médico. En España no existe ninguna especialidad que contenga raíz de ipecacuana; la utilización del jarabe requiere su preparación previa como fórmula magistral.
Jengibre
(Zingiber officinale Roscoe, familia Zingiberaceae)
Descripción
El jengibre (ginger en inglés, gingembre en francés, zenzero en italiano e Ingwer en alemán) es una planta probablemente originaria del sudeste asiático y de la India, y cultivada extensamente en diversas zonas asiáticas tropicales y subtropicales, y además en Jamaica (cultivo introducido por los españoles en el siglo xvi), África y Australia. Sus rizomas se emplean en alimentación, ya sean frescos o desecados como especia, y también en terapéutica, para tratar diversas afecciones, principalmente del aparato digestivo. Las medicinas tradicionales ayurvédica y china utilizan preparados a base de jengibre desde hace muchos siglos.
Z. officinale es una especie herbácea perenne de gran porte (puede alcanzar más de 1 m de altura), con hojas estrechas, lanceoladas, inflorescencias con espiga terminal con flores irregulares vistosas, frutos en cápsula y un rizoma tuberoso subterráneo que crece de forma horizontal en el suelo y se ramifica en un solo plano. La superficie externa del rizoma sin mondar es de un color que varía entre el pardo claro y el pardo oscuro, más o menos cubierto de súber con estrías longitudinales y transversales estrechas. La superficie externa del rizoma mondado es pardo clara, con estrías longitudinales y algunas fibras parcialmente sueltas. El jengibre tiene un olor aromático y un sabor picante característicos. Según la forma de preparación de la droga, se distingue entre el denominado jengibre blanco (pelado con superficie lisa), el jengibre gris (sin pelar, de superficie rugosa) y el jengibre preparado. Comercialmente suele designarse, según su procedencia geográfica, como jengibre africano, jamaicano, etc. El jamaicano, totalmente raspado, se considera el de mejor calidad.
Composición química
El rizoma de jengibre contiene aceite esencial, al cual debe su aroma, constituido por sesquiterpenos (zingibereno, β-sesquifelandreno, β-bisaboleno, ar-curcumeno, etc.) y monoterpenos (geranial, neral, etc.). Los componentes del aceite esencial pueden variar en función del origen geográfico. Contiene también una resina cuyos componentes, los gingeroles y los sogaoles (estos últimos en la droga desecada ya que proceden de la deshidratación de los gingeroles, que se forman durante el almacenamiento) son responsables del sabor picante y se consideran los principales principios activos. Se han identificado también diarilheptanoides cíclicos. La droga posee, además, abundante almidón, lípidos, prótidos y algunas vitaminas.
Actividad farmacológica
Popularmente se atribuye al jengibre un efecto carminativo, estimulante digestivo, espasmolítico, antiinflamatorio, antiagregante y estimulante circulatorio. Diversos estudios experimentales han demostrado las actividades antiemética, hipocolesterolemiante, colagoga, protectora hepática, antiulcerosa, antiinflamatoria, antioxidante, antimicrobiana, antifúngica, antivírica y anticarcinogenética.
El mecanismo de la acción antiemética del jengibre no es bien conocido aunque parece que actúa a nivel periférico directamente sobre el aparato gastrointestinal y no está implicado el SNC.
También se ha pensado que puede haber un bloqueo de los receptores de serotonina en el aparato digestivo. Un trabajo experimental sugiere un mecanismo anticolinérgico central y periférico. En cambio, parece que está bien establecido que los compuestos responsables de esta actividad son los gingeroles y los sogaoles.
La literatura científica recoge numerosos ensayos clínicos, metaanálisis y revisiones bibliográficas que intentan demostrar la eficacia del jengibre en la prevención y el tratamiento de las náuseas y los vómitos, tanto en el caso de cinetosis, en las náuseas durante el embarazo, en las postoperatorias como, incluso, tras el tratamiento con quimioterápicos. Los resultados son a veces contradictorios ya que algunos autores no encuentran significación en ellos o no observan diferencias significativas frente al placebo. Estos resultados, que podrían interpretarse como falta de eficacia, pueden deberse, como ocurre en otras investigaciones clínicas con productos naturales, a la falta de estandarización de los productos que se ensayan, así como a deficiencias en el planteamiento de algunos de los estudios.
En el caso de la cinetosis, el rizoma de jengibre (940 mg) demostró mayor eficacia que el antihistamínico dimenhidrinato (100 mg) en voluntarios sanos especialmente sensibles al mareo.
Parece que el efecto antiemético del jengibre se ha comprobado mejor en la prevención y el tratamiento de las náuseas y los vómitos del embarazo, principalmente durante los primeros 3 meses. De hecho, es la especie vegetal más utilizada para este fin. Diversos ensayos clínicos demuestran su eficacia, incluso en casos de hiperemesis gravídica, a la dosis aproximada de 1 g/día, así como la ausencia de efectos adversos. En algunas publicaciones se compara su efecto con el de la vitamina B6 sin que se encuentren diferencias significativas.
Además de la actividad antiemética, el extracto de jengibre y el 6-gingerol han mostrado actividad antiulcerosa en la rata. Asimismo, alguno de sus componentes, como el 6-gingerol y el 8-gingerol, son capaces de inhibir la agregación plaquetaria, así como la actividad de COX1/Tx-sintasa. Se ha comprobado una relación estructuraactividad entre los componentes del jengibre y su acción antiagregante.
Indicaciones
Como se comentó al inicio, el rizoma de jengibre es oficinal en diferentes países; su monografía está recogida por la Comisión E, el ESCOP y en las monografías de la OMS, que indican el uso de la droga en trastornos dispépticos, en la prevención de náuseas y vómitos asociados con cinetosis y, en ocasiones, en las náuseas postoperatorias y en los vómitos del embarazo.
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) reconoce su uso bien establecido para prevenir la náuseas y vómitos debidos a cinetosis y su uso tradicional, además, para el alivio sintomático de trastornos espasmódicos gastrointestinales leves, incluyendo distensión abdominal y flatulencia.
Posología
Según la EMA, para adolescentes, adultos y ancianos la dosis en la profilaxis de la cinetosis es de 750 mg de droga media hora antes de iniciar el viaje; para niños entre 6 y 12 años, 250 o 500 mg. Para el tratamiento de alteraciones gastrointestinales se recomiendan 180 mg, 3 veces al día, cuando sea necesario.
Efectos secundarios
A la vista de los ensayos publicados y teniendo en cuenta que el jengibre está presente en la alimentación desde hace muchos siglos, puede asegurarse que la droga es bastante segura. No obstante, no debe administrarse a embarazadas durante períodos largos y sin control médico. Tampoco se recomienda en niños menores de 6 años y hay que administrarlo con precaución en caso de litiasis biliar. En pacientes que reciben tratamiento con anticoagulantes o antiagregantes debe consultarse con el médico antes de administrar rizoma de jengibre. Se ha comunicado algún caso de dermatitis de contacto.
Como efectos secundarios pueden aparecer trastornos gastrointestinales menores (2-3%), como malestar de estómago, eructos, dispepsia y náuseas.